Quien me sigue en Instagram, sabe que nuestra nueva cocina va a tener un aire nórdico muy marcado. Paredes blancas, muebles blancos y encimeras de madera maciza de roble para obtener ese estilo escandinavo que tanto nos gusta. En esta tendencia de decoración, si hay un color que predomina, ese es sin lugar a dudas el verde. Nosotros hemos optado por destacar una de las paredes de la zona de comedor con este precioso papel de Papeles de los 70. Todo el proyecto, en este post.
Para quién me lee hace tiempo, sabe que ya en nuestra anterior casa, el papel pintado había tenido una importancia destacada. Teníamos papel en las dos habitaciones de los niños, en la de matrimonio y también en el salón. En todas las estancias, el papel había sido colocado por nosotros mismos así que, era bastante lógico que en nuestra nueva casa, lo hiciéramos nosotros también.
La verdad es que para este nuevo piso, en un principio, no tenía pensado colocar papel. Como ya os iré enseñando, quería unas estancias muy neutras con paredes blancas donde los toques de color fueran aportados por los accesorios y complementos de cada habitación.

El estilo nórdico, debía extenderse también a la cocina: azulejos y pintura blanca, muebles blancos y encimeras de madera de roble maciza integrarían la zona. Estamos hablando de un ambiente de casi 25 metros cuadrados sin una nota de color que, en conjunto, formaba un ambiente excesivamente aséptico.
Como os decía al principio, en los ambientes de corte escandinavo, si hay un color que destaca sobre los demás, ese es el verde que, junto con los toques de madera maciza, acercan la naturaleza a cualquier casa. Tenía claro que ese toque de color, tenía que venir de las paredes y que lo haría de sólo una. Con una idea muy clara de lo que quería, me puse a buscar mi papel pintado perfecto.

El elegido fue el modelo Natali de la tienda online papelesdelos70. Fue amor a primera vista, en cuanto lo vi, no lo dudé, sabía que ese era el elegido.
Fabricado con papel reciclado, su diseño de hojas en verde oliva, verde oscuro, verde pálido y gris parduzco sobre un fondo blanco crema, iba a dar el toque de color que iba buscando. Su colocación, sencillísima.

Empapelar una pared: paso a paso
1. Preparar la superficie
En nuestro caso, no teníamos muebles ni accesorios que retirar. Colocamos el papel antes de tener puestos los rodapiés y los radiadores.
Como paso previo a empapelar, los expertos recomiendan revisar detenidamente la pared. Comprobar si tiene moho, grietas, pequeños agujeros que han de ser reparados,… En nuestro caso (por suerte para nosotros), la pared estaba recién enyesada y pintada.
2. Medir la pared
Como digo siempre: «medir 2 veces, cortar 1». Con anterioridad ya habíamos medido pues, habíamos comprado el número de rollos en función de la superficie a empapelar. Sin embargo, ahora debíamos tener una precisión milimétrica principalmente para no quedarnos cortos con el papel.
Para saber cuantas tiras de papel vamos a tener por rollo, debemos dividir la longitud del rollo por la altura de la pared más la mitad del patrón de repetición (este patrón depende de cada papel y viene indicado en la etiqueta del fabricante).
Sabiendo ya cuantas tiras podemos obtener por rollo, nos queda saber cuantas tiras vamos a necesitar, para ello debemos tener en cuenta el ancho de la pared.
Si esta fórmula, no os queda clara u os resulta compleja, no os preocupéis porque cuando compramos el papel, nos suele aparecer una calculadora donde lo único que tenemos que hacer es introducir los datos de la medición y automáticamente nos indica el número de rollos que necesitamos.
3. Colocamos el papel
Tan importante como el papel para empapelar es la pasta adhesiva que vamos a utilizar. Os recomiendo una de calidad que nos garantice la adhesión del papel a la pared y que sigáis las instrucciones de uso que, pueden variar de un fabricante a otro.
La primera tira, marcará cómo vamos a colocar las demás, por eso es muy importante asegurarnos de su correcta colocación y sobre todo de que está colocada en línea recta (podemos comprobarlo con una plomada o el clásico nivel de burbuja de agua).

En un mundo ideal, nuestra pared no tendría ni puertas ni ventanas ni enchufes ni interruptores, pero lo cierto es que, en la mayoría de las ocasiones, nos encontraremos con uno o varios de estos elementos. En estos casos, os recomiendo paciencia (empapelar nunca se puede hacer con prisas) y si tenéis que salvar algún interruptor o enchufe, será imprescindible quitar los embellecedores y, por seguridad, cortar la corriente eléctrica.
Evitar, en la medida de lo posible, que se formen pliegues y burbujas será fundamental para un resultado profesional. Para ello, como os decía antes, es importante la preparación previa de la pared y seguir las instrucciones tanto del papel pintado como de la cola adhesiva.
Resultado final
El resultado no puede gustarnos más. Hemos cambiado completamente una estancia, sólo empapelando una de las paredes. Hemos tardado unas pocas horas y el resultado no puede ser más espectacular.
Buen día a tod@s!!